20 mayo 2010

07-04-2010 – CONAE realiza un Seminario sobre la Misión SAC-D/Aquarius y visita a INVAP : Los días 18 y 19 de marzo se realizó en Bariloche un Seminario sobre la Misión Satelital SAC-D/Aquarius, en el cual se mostraron los objetivos y avances de la misión.

CONAE realiza un Seminario sobre la Misión SAC-D/Aquarius y visita a INVAP

Los días 18 y 19 de marzo se realizó en Bariloche un Seminario sobre la Misión Satelital SAC-D/Aquarius, en el cual se mostraron los objetivos y avances de la misión. Durante este seminario, los asistentes visitaron INVAP para ver las nuevas instalaciones del área satelital y el satélite, que está en las últimas fases de su montaje. Antes de su lanzamiento será sometido a ensayos en Brasil, y finalmente lanzado al espacio por un vector Delta II desde la Base Vandenberg, EEUU.

El seminario fue presidido por el Ministro de RREE y Culto, Lic. Jorge Taiana, en su carácter de Presidente del Directorio de la CONAE y contó con la presencia del Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Dr. L. Barañao, el Secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable Dr. H. Bibiloni, el Director ejecutivo de CONAE, Dr. C. F. Varotto, la Sra. Embajadora de los EEUU, Vilma Martínez – cuyo organismo espacial NASA es propietaria del AQUARIUS, principal instrumento montado a bordo del SAC-D; los Embajadores de Brasil, Enio Cordeiro, de Canadá, Timothy Joseph Martin, de Italia, Guido Walter La Tella, de Francia, Jean-Pierre Asvazadourian y una comitiva de especialistas de los respectivos países, todos ello involucrados en el proyecto. Además de otros altos funcionarios, participaron del Seminario representantes de todos los organismos del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología que tienen relación con el proyecto, sea como proveedores de equipamiento o como futuros usuarios de sus resultados.

Al cierre de la demostración del satélite y la misión los diplomáticos de los países participantes coincidieron en remarcar el éxito del trabajo conjunto.

La embajadora estadounidense, Vilma Martínez, agradeció en nombre del presidente Barack Obama «el gran trabajo conjunto de todos estos países» y destacó que se trata del «cuarto satélite que la NASA y la CONAE realizan juntos».

A su vez, el diplomático italiano, Guido La Tella, consideró que la demostración de Bariloche «fue una experiencia formidable», destacando los «resultados de una cooperación internacional con una importante presencia argentina». Recordó que «hace años Italia y Argentina tienen lazos de cooperación» y se refirió en especial al proyecto SIASGE, para una constelación satelital -dos satélites que construyen INVAP en el país- para prevenir catástrofes naturales.

Timothy Martin, embajador canadiense, expresó su «orgullo» por el instrumento que su país aportó a la misión SAC-D, y expresó: «Es poco lo que uno hace solo en este mundo, y muy satisfactoria la colaboración del conjunto».

Jean Pierre Azvazadourian, embajador francés, se manifestó «complacido» por el «magnífico trabajo en el SAC-D y la ejemplar tarea de INVAP«, y dijo que «la cooperación entre Argentina y sus socios da resultados muy satisfactorios».

Finalmente el embajador brasileño, Enio Cordeiro, dijo que hoy se vivió «un día intenso de aprendizaje en conjunto» y consideró «impresionante» al «sentimiento de orgullo colectivo». «La cooperación entre científicos e industrias de nuestros países es algo que valoramos mucho», afirmó. (Télam)

Todo el grupo participó de una visita a las instalaciones de INVAP y, en especial, al satélite objeto del seminario.

En la ocasión de su visita, los Dres. Taiana, Barañao y Varotto dieron a  un reportaje que se publicó en suplemento «Futuro» del diario Página 12 del 27 de marzo, y que reporoducimos en su integridad:

EL HECHO TECNOLOGICO DEL AÑO

La Argentina satelital

Si la tecnología satelital eleva el techo de la investigación científica, Argentina da señales de sentirse a gusto trepada a la azotea. Cerca de la sala limpia de Invap, en San Carlos de Bariloche, donde se ensambla el nuevo satélite argentino SAC-D Aquarius, Futuro presenció el anuncio tecnológico del año y dialogó con el canciller Jorge Taiana, el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, y el director técnico de Conae (Comisión Nacional de Actividades Espaciales), Franco Varotto.

Por Ignacio Jawtuschenko

Desde Bariloche

Pocas tecnologías han tenido un despertar tan brusco y un desarrollo tan rápido hasta ligarse a lo más cotidiano de la vida, como el de los satélites. Tanto que hasta en la literatura de anticipación –que refleja la tendencia de la imaginación científica– brilló por su ausencia. En la década de 1950 no se concebía ni había realmente interés en la posibilidad de un satélite, sólo se imaginaban vehículos tripulados que se alejaban de la Tierra. En efecto, el 4 de octubre de 1957, el primer Sputnik dejó atónito al mundo. Procedía de la entonces URSS y sus 83 kilos lo hacían ver enorme.

El siglo XX mostraba ya a la tecnociencia en su faz más sofisticada, transdisciplinaria, retorcida por controversias, en el vértice del poder político, industrial y militar y cruzada en las agendas de la diplomacia internacional. Atrás quedaba el progreso científico como era en los siglos XVII y XVIII, resultado de aficionados o científicos pensionados por monarcas o academias.

El SAC-D Aquarius que lanzará la NASA en diciembre es un satélite orquesta. Carga con ocho instrumentos científicos de última generación que reunirán datos acerca de la salinidad de los mares. Podrá monitorear volcanes, tormentas eléctricas, y emitirá alertas tempranas en inundaciones o frente a la expansión de epidemias como el dengue o el mal de Chagas.

Este es el cuarto satélite de la serie SAC (Satélites de Aplicaciones Científicas), y su realización consolida la capacidad tecnológica del país. En su presentación pública Futuro recogió algunas reflexiones.

DEMOLIENDO LA TORRE DE BABEL

–Tiene un valor simbólico fundamental. Es un desarrollo que sintetiza desde la física de Newton hasta la electrónica más sofisticada –manifestó el ministro de Ciencia y Tecnología Lino Barañao.

–Difícil pensar en un artefacto más emblemático de la cultura científica.

–Sí, además es un proyecto integrado, de alta visibilidad, que nuclea a varias instituciones, con una importante cooperación internacional, con impacto social, que permite un desarrollo local y que ubica al país como proveedor de tecnología.

–¿Cuáles son los cambios que pueden advertirse entre la ciencia del siglo pasado y la que viene en el sigo XXI?

–En la Argentina, los premios Nobel son los emblemas del siglo XX. En el siglo XXI la ciencia es menos personalista; los logros son de los equipos –respondió Barañao– y si bien tenemos una gran tradición en ciencia básica que continúa, la ciencia de este siglo tiene un valor económico que tenemos que tratar de aprovechar localmente. Este cambio ya se está dando espontáneamente en la comunidad científica, y nosotros lo acompañamos.

–Ciertamente son pocas las cosas que pueden hacerse de manera individual. Este satélite es resultado del trabajo de argentinos junto a las agencias espaciales norteamericana, canadiense, francesa, italiana y brasileña.

–Sí, estamos revirtiendo el relato babélico. En lugar de hacer una Torre de Babel y entendernos cada vez menos, estamos llegando al cielo con alto grado de entendimiento, con un idioma común, el de la ciencia. Fíjese el clima de entusiasmo cooperativo y las expectativas que se viven hoy acá.

Enseguida tomó la palabra la embajadora de Estados Unidos, Vilma Martínez:

–El tenista Juan Martín Del Potro primero, el golfista Angel Cabrera después, ocuparon con sus triunfos las primeras planas de los diarios de Estados Unidos –arremetió–, pero lo cierto es que hay muchos otros argentinos valiosos, como estos científicos que trabajan al más alto nivel mundial, y que no serán noticia, pero lo merecerían.

–Esto tendría que ser más conocido en la opinión pública –coincidió Barañao–, porque es una tarea que no se valora en su justa medida, pero la Argentina tiene científicos y profesionales que son respetados internacionalmente.

Mientras veía como culminan en Invap la última fase de integración del satélite, el canciller Jorge Taiana –de quien depende la Conae– dijo: “Este avance es una muestra de lo que podemos hacer cuando los argentinos tomamos las decisiones políticas correctas y trabajamos coordinadamente para lograr un objetivo. El alcance de la misión trasciende el desarrollo tecnológico del satélite y sus instrumentos, sus datos serán una contribución a los estudios del clima y el medio ambiente, que estarán a disposición de la comunidad científica internacional.”

El secretario de Ambiente, Homero Bibiloni, se acercó para decir que efectivamente la labor del satélite va a bajar a cosas concretas: “La visión macro que nos proveerá el SAC-D, nos va a dar información para anticiparnos y prevenir: nos permitirá evitar catástrofes, trabajar en aspectos concretos del cambio climático, sistema pesquero, en el plan de fuego, bosques, desertificación y el inventario de glaciares”.

LA MARCA VAROTTO

Nacido en Italia, formado en el Instituto Balseiro y la Universidad de Stanford, Franco Varotto es una leyenda viva en el pequeño ambiente científico argentino, y despliega su hiperkinesis por Bariloche. Dos áreas estratégicas del país, como la nuclear y la espacial, les deben mucho a los hombros de este pequeño gigante que por ahora no figura en Wikipedia.

Desde 1994 a la cabeza de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, logró que la actividad saliera indemne de los embates privatizadores del menemismo que hicieron estragos en otras áreas estratégicas del conocimiento. Y consolidó una política de Estado, abriendo camino en el espacio.

–Doctor Varotto, para terminar, ¿qué es la tecnología?

–No es una pregunta fácil. No tengo una definición. Pero usted tenga presente lo siguiente: si por ejemplo toma un manual de ingeniería, hay un 90 por ciento de personas que lo usan, y un 10 por ciento que lo escriben, sólo ése es el que maneja la tecnología. Es aquello que se necesita para transformar el conocimiento en algo que tenga un impacto socioeconómico. Usted sabe que uno primero hace, y treinta años después se escribe la teoría. Desde que comencé a estudiar, me preocupó el “para qué” del conocimiento y buscar esa respuesta. A mí desde el principio me parecía que faltaba dar el salto a la fábrica de tecnología, como había señalado Jorge Sabato. Generar conocimiento y usarlo. Y nos preguntamos: ¿por qué no lo podemos hacer nosotros acá?

–¿Cuál es el próximo objetivo espacial?

Es un momento propicio para avanzar y trabajar fuerte en la formación de una agencia espacial regional. En Europa hay dos hechos que muestran cómo se pueden integrar los países y lograr grandes cosas cooperando: el Euratom y la Agencia Espacial Europea. Hacia eso iremos.